30 noviembre 2009

'Cuento de Navidad': algo falla


LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA

por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 6

Lo mejor. Cuando lo mejor de una película es su apartado técnico, algo falla. Algo falla en el 'Cuento de Navidad' de Robert Zemeckis, donde la adaptación del famoso relato de Charles Dickens está al servicio de un grandioso festín de barroco digital, con efectos y paisajes visuales realmente asombrosos -gracias a la técnica de captación de movimientos reales- y con una aceradísima puesta al día de las atmósferas góticas decimonónicas en las que el avaro Mr. Scrooge recibe la visita de los espíritus navideños.

Entre los personajes fantásticos de esta fábula llevada a la pantalla destaca el Espíritu de la Navidad Presente: un rey corpulento, jovial y barbudo, que saca virutas de oro al hiperrealismo digital cuando rompe a reír con su antorcha solemne en mano.

Zemeckis y compañía nos regalan una acción vibrante y envolvente, como siempre ha sabido hacer la mejor animación Made in USA, y además, hay que agradecerles su elegancia y fidelidad narrativa, lejos del estilo sketch, paródico y superficial, que tanto abunda en los territorios de la animación por ordenador.

Lo peor. Y sin embargo, algo falla. Algo falla en la misma técnica, que aun siendo deslumbrante, emana toda la frialdad del mejor de los videojuegos. Francamente, yo prefiero a Wall-E, al genio de Aladdin o a Tom y Jerry antes que a los perfectísimos figurantes clonados en las biocomputadoras (ahora saldré hacia Facebook en busca de apoyos).

Y algo falla, definitivamente, en el alma de un producto, donde una vez más, sospechamos que la historia sólo es una excusa menor para hacer una exhibición de músculo digital. Cualquier parábola moralista del siglo XIX, previsible hasta el sonrojo, sirve para lo único importante: fascinar a golpe de píxel.

¿y tú qué opinas? deja aquí tus comentarios de cine


21 noviembre 2009

'Celda 211': Viva Malamadre (y la madre que lo parió)


LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA

por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 8

A veces una película brilla gracias a un sólo personaje, colosal y absorbente, que totaliza la fuerza de la historia y ejerce su entera fuerza magnética. Es el caso de 'Celda 211', un thriller de Daniel Monzón donde el gallego Luis Tosar compone un inolvidable cabecilla carcelario que responde al sobrenombre de Malamadre.

La perfomance del camaleón galaico (maltratador en 'Te doy mis ojos', parado taciturno en 'Los lunes al sol') es realmente asombrosa: con su rostro empalidecido y su tremenda voz áspera, Malamadre se adueña del motín de reclusos y se zampa él solo al resto del reparto, por donde desfilan Antonio Resines y Manuel Morón como convincentes detentores de un poder corrupto.

Pese a su boca desdentada, Luis Tosar devora con especial brutalidad a quien teóricamente es su compañero de duelo, el funcionario atrapado que interpreta Alberto Ammann. Con los debidos respetos al actor argentino, y parafraseando a Maradona, sobre él sólo puede decirse "que la siga chupando", porque su blanda pose de Jesucristo Superstar llevado al matadero queda bochornosamente eclipsada por la genuina negrura de Malamadre, su veraz y conmovedora ética de pirata de la cárcel.

Eléctrica y energizante, nada tacaña en el retrato de violencias y destrozos estruendosos, con el poderoso caudillaje de Luis Tosar, 'Celda 211' se cierra como un formidable ejercicio de género. Y lo más importante: viene a demostrar que, más allá de 'Cadena perpetua' y el FBI, también el Estado español, el terrorismo de ETA, los GEOS y los lumpencriminales ibéricos son perfectos materiales para el cine de calidad.


¿y tú qué opinas? deja aquí tus comentarios de cine


17 noviembre 2009

Orígenes árabes del amor cortés


flor postmortem

JOAQUÍN LOMBA

Es interesante recordar aquí la tesis de Julián Ribera sobre la importancia del elemento árabe en el nacimiento de la lírica románica, particularmente provenzal (...) y en el repentino surgir del "amour courtois" y del "dolce stil nuovo" renacentista. la concepción del amor y de lo erótico, como algo sublime, espiritual y corporal, mezcla de deseo apasionado a la vez que de castidad y privación; la idea de la mujer como algo inalcanzable y sagrado a la hay que respetar a la vez que desear, servir y elevarla a la categoría de "mi señora", siendo el hombre "el fiel servidor" de tal señora, es muy posible que deba su origen, al menos en parte, a la literatura y la poesía árabe, de lo cual es buen testimonio el ya citado Ibn Hazm de Córdoba.


JOAQUÍN LOMBA, 'LA RAÍZ SEMÍTICA DE LO EUROPEO' (1997)


MÁS ECOS ARÁBIGOS

Patricio Peñalver: "Juan de la Cruz pasó sus años más serenos y creadores a la sombra de la Alhambra de Granada".


14 noviembre 2009

DIARIOS DE VIAJE 2009


Marrakech o la ciudad de fango
marroquíes

El estrecho de Gibraltar existe. Perdón por la perogrullada, pero, por mucho que se observen los mapas y los atlas una y otra vez, la geografía no se hace real hasta que uno alza el vuelo y ve las tremendas costas con toda su materialidad en escorzo... LEER MÁS


En ruta por Italia

en ruta
Aterrizamos en la Umbría, donde cada ciudad luce su enseña, su escudo y su colina desde época medieval, y a tenor de ciertas pintadas y dibujos espontáneos, parece que todavía hoy conservan su rivalidad y sus vigorosas identidades locales: Meglio morto che perugino! LEER MÁS.


La Fontcalda o el pequeño inframundo

la vita e bella
Tras una tortuosa espiral descendente por la montaña, finalmente llegamos al Santuari de la Fontcalda, curioso lugar sagrado de la comarca de la Terra Alta que, en vez de buscar las alturas, se hunde en el cráter... LEER MÁS


L'Empordà, asomados al dragón

drac adormit
Subir a Pals es como asomarse al dragón. Entornando los ojos, uno puede fabular con una bestia escamosa dándose un zambullido frente a la playa... LEER MÁS


Sant Boi o el GPS inconsciente

CIMG0075
Esta es mi calle. No és estret i brut, ni fa olor de gent, ni tiene nom de poeta, como la calle que cantaba Serrat; más bien es un anodino y aseado pasaje metropolitano que, eso sí, siempre he visto como un amable remanso en el meollo de una ciudad con algo más de 80.000 almas... LEER MÁS.


Las fauces abiertas de Morella

antigua morella
Esta es la primera imagen que tengo de Morella. No: por supuesto, no viví en los años 20, pero los baúles de mi casa aún conservan estampas y postales de la que fue villa natal de mi bisabuelo por vía doblemente materna, Josep Balaguer Querol... LEER MÁS.


Madrid, de par en par

latina
Llegamos a la gran avenida madrileña en plena efervescencia de viernes noche: marabunta de peatones y coches, jóvenes y viejos, neones y teatros, cines y quioscos, todo abierto de par en par, el gran espectáculo de la ciudad en vivo y en directo... LEER MÁS.


Amsterdam, rojo y niebla

varada

Ya lo veis: el manto blanco nos sorpendió en el primer día de viaje a la capital de Holanda. Las torres de Sint Nicolaas se alzaban como fantasmas frente a la bulliciosa estación y, desde los puentes sobre el Amstel, la ciudad parecía soñada o sin límites... LEER MÁS.



11 noviembre 2009

Tele-Chávez

Chávez está más cerca de las telenovelas que de la Revolución

Aunque desee colarse en el firmamento de las leyendas revolucionarias del continente, en realidad la épica de Chávez está en otro lado. Tiene más de show televisivo que de guerra de guerrillas. Aunque no le guste, Chávez está más cerca de la escritora de telenovelas Delia Fiallo que del Che Guevara. "Amor con amor se paga", sigue siendo su lema más eficaz. Igual que en la telenovela, eso es lo que mejor administra: la esperanza de los pobres.


ALBERTO BARRERA, ESCRITOR Y AUTOR DE NOVELAS VENEZOLANO

EN EL SUPLEMENTO 'CULTURA/S' DE 'LA VANGUARDIA', 11/11/2009


09 noviembre 2009

'The box': en cristiano, una paja mental


LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA
¿y tú qué opinas? ¿qué películas te han gustado últimamente?

por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 5,5

A este thriller hay que agradecerle una cosa: por lo menos, no es el típico producto en serie que parece esconderse tras la enorme efigie de Cameron Díaz, anunciando un sobado dilema moral: "Si pulsas, alguien morirá" (Uh, piel de gallina).

No. Finalmente 'The box' no es un thriller de McDonalds, sino más bien un largo e indigesto guisado donde burbujea todo lo habido y por haber en los mundos del suspense. A partir de un clásico objeto desencadenente -una caja misteriosa que permite enriquecerse matando a personas anónimas- la película emprende un embriagado viaje desde las sociedades secretas hasta la moraleja sobrenatural new age pasando por el terror de carretera y la conexión marciana. Vamos, que Richard Kelly ha pasado por el túrmix todos los best-sellers de gasolinera.

Si una paja hizo famosa a Cameron Díaz en 'Algo pasa con Mary', no es probable que la paja mental de 'The box' la consagre para el Oscar, pero de justos es reconocer que la ex modelo californiana salva los muebles de la película con su convincente ademán de mujer abrumada.

Le ayuda todo un veterano como Frank Langella en su papel de oscuro tentador (con una gratuita mutilación facial incluída). No puede decirse lo mismo de James Marsden, que ejerce aquí de perfecto backstreet boy sin mayores empeños interpretativos. Qué le vas a pedir al muchacho.

Como broma y como experimento, 'The box' pasa la prueba. La aceptamos como animal de compañía (cinematográfica). Y qué caray; ha llegado un momento que cualquier excursión a los cerros de Úbeda resulta más gratificante que chapotear en la mierda prefabricada que sirven las carteleras nuestras de cada día (y no miro a nadie).


07 noviembre 2009

'Mi vecino Totoro' (1988): fantasías de peluche


LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA
¿y tú qué opinas? ¿qué películas te han gustado últimamente?

por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 6

Pocos niños no han soñado alguna vez que los peluches de la cama cobran vida y se convierten en sus cómplices. Sobre este mito infantil se edifica Mi vecino Totoro, un clásico de la animación japonesa del director Hayao Miyazaki que narra el encuentro entre dos pequeñuelas y un grupo de Totoros o aterciopelados espíritus que habitan en el bosque.

Frente a los espasmos del Manga y el narrativismo disneyano, Miyazaki consigue bastir un mundo propio, donde la naturaleza respira con lentos y líricos oleajes; los Totoros, gatobuses y duendes del polvo vagan y vuelan por paisajes verdes y acuosos, alejados del mundanal ruido, que evocan la vida rural japonesa de los años 50.

Además, algo infrecuente en el género infantil, Miyazaki imprime un acento dramático con el trasfondo de una madre enferma, de modo que los caminos secretos de la fantasía devienen al mismo tiempo una huída o transfiguración de la tristeza.

Sin pretensiones ni fuegos de artificio, Totoro busca sobre todo la sonrisa infantil, así que, adultos buscadores de emociones fuertes, absténganse.


03 noviembre 2009

Barroco estupefaciente


músculo y vello


SERGIO GIVONE
"Realidad que comienza a parecer tan ligera, infundamentada y estupefaciente como una obra poética"

Las poéticas del barroco actúan, en efecto, en el sentido de un verdadero desarraigo de la tradición metafísica hasta tal punto que pueden considerarse anticipadoras de un fenómeno que marcará visiblemente la cultura moderna. ¿Qué significa reducir el arte a una dimensión de "maravilla" e "invención", como propone [Giambattista] Marino, sino liberarlo de finalidades miméticas (por tanto, también didácticas o hedonistas) y devolverlo a la libre e inagotable producción de significados?,

¿y qué significa disolver lo real en los juegos de la poesía y de la imaginación, en los artificios del lenguaje, en el torbellino de las metáforas lanzadas a un infinito punto de fuga, como quería Góngora, sino que el propio universo simbólico y mitológico se libera a sí mismo, y, por tanto, recoconocerle el mismo estatuto que a la realidad? Realidad que comienza a parecer tan ligera, infundamentada y estupefaciente como una obra poética, justo en el momento en que la poesía se muestra como el instrumento capaz de revelar esa ligereza y esa falta de fundamento...

(No hay que olvidar que las imágenes del torbellino, de la elipse infinita, por no decir la de nuestro rodar hacia una x, es decir, las imágenes con las que se ha querido caracterizar la condición moderna, están todas ellas ligadas a la revolución copernicana, que, como ha sido correctamente observado, posee ya un alma barroca.)


SERGIO GIVONE, 'HISTORIA DE LA ESTÉTICA' (1988)


02 noviembre 2009

'A la deriva': desesperación con apuntador


LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA
¿y tú qué opinas? ¿qué películas te han gustado últimamente?

por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 6

Una joven cooperante huye de los traumas del África negra y se refugia en los rigores de un misterioso centro de internamiento, donde trabajará como vigilante de seguridad. Este es el punto de partida de A la deriva, la nueva obra de Ventura Pons -basada en una obra de Lluís-Anton Baulenas- que propone una fábula teatral -y teatralizada- sobre la muerte de las utopías.

Fracasado el sueño altruísta de la ONG, nublado el máximo horizonte ético, la antiheroína Anna (Maria Molins) desechará cualquier reliquia de su antigua vida estable, llámese familia, pareja u hogar, y se lanzará a vivir entre lugares de paso tan banales como cámpings poblados por guiris o estaciones de servicio donde se celebran verbenas.

Lo mejor. A la deriva plasma certeramente la búsqueda desesperada de intensidad tan cara a los urbanitas contemporáneos: autocondenada a las prisiones de la mediocridad, Anna buscará la última utopía, el último chute, directo a la vena, en forma de fantasía apasionada con un extraño lisiado que la llama por su nombre, como oscuro tambor del inconsciente.

La película se beneficia de portentosas interpretaciones: Maria Molins y Roger Coma bordan sus papeles de extraños heridos que se encuentran en asépticos limbos, cubículos por donde también desfila todo un Fernando Guillén, encarnando a un demente que asiste a la historia como insólito convidado de piedra.

Lo peor. Pero pese a las rotundas individualidades, el conjunto acaba resultando discursero y envarado, marca de la casa de Ventura Pons. A buen seguro los 90 minutos de la cinta son puro caviar intelectual, exquisito manjar decadente, y, aunque sobre gastronomía cinematográfica no hay nada escrito, me cuento entre los espectadores que prefieren derribar bastidores y bajar a la calle para saborear el menú del día.


Postdata. En A la deriva también asistimos con cara de palo a una serie de escenas en las que el histriónico Boris Izaguirre se limita a interpretarse a sí mismo, sin mayor justificación narrativa. Corta, pega, y que viva el cameo.